Ochenta años atrás el Tribunal Supremo declaró que:
“el niño no es la mera criatura del Estado; los que lo crían y dirigen su destino tienen el derecho, asociado con el alto deber, de reconocerlo y preparar [al niño] para compromisos adicionales.” ~ Pierce v. Society of Sisters, 268 U.S. 510 (1925).
Treinta años atrás la Corte siguió esta línea de razonamiento al pronunciar que el...
“rol primario de los padres en la educación de sus hijos está ahora establecido más allá de toda disputa como una perdurable tradición americana.” ~ Wisconsin v. Yoder, 406 U.S. 205 (1972).
Sin embargo, en el año 2000, cuando el estado de Washington concedió a cualquier persona la capacidad de invalidar la decisión de un buen padre sobre visitas diciendo simplemente que sería “mejor” para los niños permitir que una tercera persona tenga derechos de visita, en la Corte Suprema:
•Hubieron seis opiniones diferentes y ninguna alcanzó una mayoría de cinco votos.
•El juez Thomas fue el único de la Corte Suprema que indicó claramente que los derechos paternos reciben la misma alta norma jurídica de protección que otros derechos fundamentales.
•El juez Scalia sostuvo que los padres no tienen derechos de cualquier índole que estén protegidos por la Constitución.
La Corte actual ha minado seriamente el apoyo para un alto concepto de los derechos paternos. Como consecuencia, numerosas cortes federales inferiores rechazan tratar los derechos paternos como merecedores de protección al nivel de cualquier derecho fundamental.
Al mismo tiempo, los Estados Unidos están considerando adoptar la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas. El presidente Obama apoya este tratado. La Secretaria de Estado Hillary Clinton ha sido una de las principales defensoras de esta Convención durante veinte años. La senadora demócrata por California Barbara Boxer ha “prometido” que este tratado será ratificado durante este mandato en el Congreso.
Si este tratado es ratificado:
•Las leyes concernientes a hijos y padres en todos los 50 estados serán reemplazadas por esta ley internacional en virtud de una disposición específica de la Constitución de los Estados Unidos que declara expresamente la supremacía de los tratados sobre las leyes estatales.
•Los buenos padres no tendrán el derecho de la presunción legal que actúan en el mejor interés de sus hijos.